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Ávila, Castilla y León, Comuneros, Felipe el Hermoso, Flandes, Juana La Loca, Reyes Católicos, Toledo, Tordesillas, V Centenario, Villalar
Nos remontamos al año 1517 cuando Carlos I, hijo de Felipe el Hermoso y Juana la Loca (nieto de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando) es nombrado Rey de España, cuando había nacido en Flandes y apenas sabía pronunciar unas pocas palabras en castellano. La falta de conocimiento del idioma, unido a la subida de impuestos que promovió para combatir la crisis económica de Castilla no mejorar la situación. Además, Carlos I se trajo a la mayor parte de su corte de Flandes lo cual, no fue muy bien recibido entre los castellanos.
En 1519 es nombrado Emperador de Alemania y para viajar solicita recaudar fondos de la Corona de Castilla, que le otorga 20 millones de maravedíes para el viaje y la coronación. Tras la marcha del Rey de Castilla, comenzó a surgir y extenderse un ambiente de malestar y hartazgo que iba en aumento.
Así fue como comenzó la rebelión que estalló en Toledo y que poco a poco se extendió por Tordesillas, Torrelobatón, Valladolid, Zamora, Salamanca, Toro, Segovia, Medina del Campo, Medina de Rioseco, Ávila… y Villalar. El movimiento se desarrolló principalmente en las zonas urbanas y los representantes de las ciudades sublevadas se reunieron en Ávila, donde constituyeron la «Junta Santa» y enviaron un memorial de quejas al Rey.
Las revueltas quedaron a cargo de los personajes más destacados y sublevados: el toledano Juan Padilla, el segoviano Juan Bravo y el salmantino Francisco Maldonado. Las milicias comuneras fueron lideradas por Juan Bravo y en 1521 ya habían tomado en su poder algunas zonas de Castilla. Carlos I logró el apoyo de muchos nobles y el 23 de abril de 1521 las tropas imperiales vencieron al ejército comunero en Villalar, arrestando a los cabecillas del movimiento: Padilla, bravo y Maldonado. La revuelta finalizó con más de 500 muertos y un juicio para los comuneros, que fueron sentenciados a pena de muerte.
Tras la derrota en Villalar, la revuelta desapareció y las ciudades castellanas capitularon. Por este motivo, desde 1932 Villalar adoptó el nombre de Villalar de los Comuneros y en la plaza Mayor hay un obelisco, donde se encuentra la piedra en la que decapitaron a los comuneros.
Años más tarde, el 23 de abril 1881 el guerrillero Juan Martín Díez, ‘El Empecinado’, rindió homenaje a los comuneros como primera celebración de la sublevación castellana.
La Junta de Castilla y León aprobó por ley en 1986 que el 23 de abril se fijase la fiesta de la Comunidad con la intención de homenajear a los antepasados que buscaban una vida mejor para los castellanos y leoneses.
Y como dice la canción del Nuevo Mester de Juglaría:
Desde entonces ya Castilla no se ha vuelto a levantar ¡ay, ay!
*FUENTES:
https://www.elplural.com/sociedad/el-dia-de-castilla-y-leon-quienes-eran-los-comuneros_214903102
http://ficus.pntic.mec.es/fdem0015/talleres_infantil/castillayleon/diacastillaleon.html
*IMAGEN:
https://casarealdeespana.es/2016/04/22/quienes-eran-los-comuneros-de-castilla/