Para comenzar el año recuperamos la sección de personajes para descubrir la historia de la reina de FranciaAna María de Austria, quien nació en Valladolid en 1601.
Ana María es conocida como la reina de ‘Los Tres Mosqueteros’, ya que según la novela de Dumas, Athos, Porthos y el jesuita Aramis, junto con D´Artagnan (único personaje real), defendieron el honor de la reina de Francia.
El nacimiento de Ana María en Valladolid se produjo justo cuando acababa de instalarse la Corte Real en la ciudad y por ello, pronto se decidió acordar matrimonios con la Casa Real de Francia para entablar acuerdos y tratados de interés. Así Ana Mauricia se casaría con 14 años con Luis XIII de Francia en Burgos y también se acordó casar al hermano de Ana (quien sería Felipe IV) con una hermana de Luis XIII.
Según los historiadores, la belleza de Ana era muy comentada, pero debido a su juventud, no se consumó el matrimonio hasta años después y ello motivó los rumores de que la reina tenía encuentros con el duque de Backingham, favorito del rey de Inglaterra. Todo ello además, auspiciado por los comentarios del cardenal Richelieu que echaba más leña al fuego.
Toda esta rumorología propició que los Mosqueteros viajasen hasta Inglaterra para comprobar la verdad y especialmente contársela al cardenal Richelieu. Lo que permitió demostrar la fidelidad de la reina a su esposo. Finalmente, Ana María de Austria falleció en 1666 de un cáncer de mama, que es de hecho, el primer caso reconocido en la historia de la medicina mundial. Sus restos fueron depositados en la cripta de la catedral de Saint Denis (París) sin embargo, la toma de la Bastilla provocó que acabasen arrojados a un vertedero.
*FUENTES:
Delfín Val, José (2011) Historias notorias de Valladolid. La Editorial de Urueña
Recuperamos la sección de personajes para descubrir la historia del Cardenal Mendoza, a quien Valladolid dedica una calle.
Pedro González de Mendoza (1428-1495) ocupó varios cargos a lo largo de su vida, como obispo de Calahorra y de Sigüenza, arzobispo de Sevilla y de Toledo y también fue político, militar y mecenas castellano. De hecho, fue conocido como el Gran Cardenal de España.
Pertenecía a la noble casa de los Mendoza, familia de aristócratas afincados en Guadalajara. Como Pedro fue el quinto hijo en su familia, desde el primer momento se le orientó hacia la carrera eclesiástica. De ahí, que estudiara en la Universidad de Salamanca, donde después fue capellán de la Corte para Juan II, padre de Enrique IV e Isabel I. Tras la muerte de Juan II, Pedro fue nombrado obispo de Calahorra y la Calzada y a partir de ahí, comenzaría a escalar puestos.
En mato de 1455, Enrique IV como nuevo rey, organizó una campaña contra el reino de Granada en la que participaron hermanos de Pedro. Además, Pedro siempre se posicionó en favor del nuevo monarca lo que favoreció a su familia y el ascenso de Beltrán de la Cueva (hermano de Pedro) como miembro del Consejo Real. A continuación, en el conflicto sucesorio entre Enrique IV e Isabel I se puso de manifiesto que Mendoza se guiaba más por la ambición que por la lealtad, puesto que su familia había apoyado siempre a Juana (apodada La Beltraneja por ser hija de Beltrán de la Cueva) sin embargo, cuando Enrique cedió sus derechos de sucesión a Isabel, los Mendoza no dudan en pasarse al bando vencedor. Así es como en 1473 el papa Sixto IV nombra a Mendoza cardenal y Enrique IV le da el título de Cardenal de España.
Durante el reinado de los Reyes Católicos Mendoza ya actúa como valido de la reina y por eso, se le apodaba como «el tercer rey de España». Y desde un principio apoyó la dureza contra los judíos y fue un ferviente defensor de la Inquisición. Además, su familia impulsó la lucha contra el reino nazarí de Granada y Mendoza fue el primer eclesiástico que entró en la Alhambra tras la rendición musulmana de 1492.
El escritor y políticoGaspar Núñez de Arcenació en Valladolid en 1834 en el seno de una familia modesta y de ideología liberal y aunque dejó pronto Valladolid, siempre mantuvo una estrecha relación a través de su actividad política.
Vivió en Valladolid durante sus primeros años de infancia hasta que su familia se trasladó a Toledo en torno a 1839. En Toledo continuó su formación y pronto se interesó por la literatura de hecho, escribió su primera obra teatral ‘Amor y orgullo’ con quince años. En torno a 1850 se mudó a Madrid para buscar trabajo y además creó un semanario que publicó en cinco números, llamado ‘El Bachiller Honduras’, del que Núñez de Arce era propietario, director y redactor.
Se cree que su actividad periodística la inició antes debido a su interés por la política y la ideología liberal, puesto que formó parte de la redacción de ‘El observador’, diario de la misma ideología política y que contó con redactores y colaboradores como José Aguirre, Mariano Carreras o Eulogio Florentino Sanz, entre otros.
Paralelamente a su profesión periodística desarrolló su actividad como escritor y publicó varias composiciones poéticas y un cuento fantástico titulado ‘Las aventuras de un muerto’ que publicó en el diario La Iberia, donde trabajaba en ese momento. Gracias a su trabajo en La Iberia cubrió acontecimientos destacados como la Guerra de África y conoció al general O’ Donnell. Las diferencias de opinión que tuvo con sus compañeros redactores sobre la guerra y cómo acabaría le llevaron a dejar el periódico, romper con el Partido Progresista e ingresar en el Partido de la Unión Liberal. Así fue como inició su carrera administrativa y política que le llevaría a ser elegido diputado a Cortes por Valladolid en 1865 y nombrado gobernador de Logroño. En 1871 dejó su cargo como diputado y fue nombrado consejero de Estado. En 1872 se pasó al Partido Constitucional (fundado y liderado por Sagasta) y fue elegido de nuevo diputado por Valladolid. Además, fue el año que publicó su obra teatral más importante ‘El haz de leña‘.
Su poesía se enmarca dentro de la llamada poesía social y política y su primer libro de versos lo publicó en 1875 bajo el nombre de ‘Gritos del combate’. Además, en 1876 fue elegido miembro de la Real Academia Española.
Recuperamos la entrada de personajes con un destacado dominico que estudió y vivió en Valladolid: Agustín Cazalla.
Cazalla nació en Sevilla en 1510. Era hijo de Pedro Cazalla y Leonor de Vivero y fue presbítero, sobrino del obispo Juan de Cazalla y canónigo en Salamanca. Estudió en la Universidad de Valladolid, tutelado por fray Bartolomé de Carranza y en 1530 se graduó en Artes en Alcalá de Henares.
Posteriormente, en1542 Carlos V lo nombró su predicador y capellán de la Corte y así viajó por toda Europa. Después fue nombrado canónigo de la Catedral de Salamanca en 1552. Poco después comenzaron los rumores que Cabrera de Córdoba extendió sobre si Cazalla estaba en contacto con las ideas luteranas. Todo surgió porque la esposa del platero Juan García siguió a su marido en una de sus salidas nocturnas y descubrió que se celebraban reuniones a las que acudían personalidades religiosas y de la alta sociedad en las que se exponían opiniones de carácter religioso. En torno a 1558 la Inquisición tuvo noticia de estas reuniones en las que se leían y comentaban textos religiosos de autores como Lutero, Calvino, Bartolomé de Carranza, Juan de Ávila o Fray Luis de Granada. La Inquisición en seguida tomó cartas en el asunto y coincidiendo con la presencia de la Corte en Valladolid durante la regencia de Juana de Austria, se reunieron el Tribunal propio de la villa y el Consejo de la Inquisición.
La mayoría de imputados negó las acusaciones y fueron condenados sin embargo, Cazalla decidió confesar y confirmó su condición como luterano, aunque no seguidor del dogma y prometió ser buen católico a partir de entonces. Se cree que su arrepentimiento se debió al miedo a la pena de muerte y a que el día antes de su Auto de Fe le visitó el jerónimo Antonio de la Carrera en su celda. El Auto de Fe se celebró el 21 de mayo de 1559 (cumpleaños del rey Felipe) presidido por la regente Juana, ya que el monarca aún no había llegado a España. A pesar de la confesión de Cazalla y su promesa de ser buen cristiano, fue entregado a la justicia civil y pasó por el garrote y después por la hoguera. También fueron ejecutados sus hermanos, Francisco, Beatriz y Pedro y el cadáver de su madre fue desenterrado y quemado en la hoguera.
*FUENTES:
Burrieza Sánchez, Javier (2019) Guía misteriosa de Valladolid. Edición revisada y ampliada. Gráficas Maxtor.
Esta entrada está dedicada al primer español con título de piloto de aeroplano: Benito Loygorri Pimentel, cuya vida estuvo totalmente dedicada a la aviación y a la ingeniería.
Este aviador nació en Biarritz (Francia) le 4 de septiembre de 1885 aunque en realidad se le considera personaje vallisoletano ya que su madre, Carmen Pimentel, pertenecía a una importante familia de abolengo pinciano. Su madre se casó con un Loygorri de las vascongadas y por eso, se dice que Benito «nació accidentalmente en Biarritz» pues era un vallisoletano muy enraizado sin embargo, el alumbramiento se cree que se produjo en alguno de los viajes que las familias españolas con posibles realizaban a la vecina Francia.
EL 30 de agosto de 1910 Benito se convirtió en el primer español en obtener el título de piloto de la FAI (Federación Aeronáutica Internacional). Pilotó un biplano modelo Henri Farman con motor Gnome 50 CV, en la localidad francesa de Mourmelon-le-Grand. Además, nada más obtener el título regresó a España donde unas semanas después el Aero Club de Guipúzcoa organizó un concurso aéreo en el que participó con su Henri Farman contra los franceses Garnier (que pilotó un Bleriot) y Tabuteau (al mano de un Maurice Farman). Benito Loygorri tuvo la suerte de estar en el aire más tiempo que sus contrincantes, según sus palabras «unos veinticinco o treinta minutos» y además fue admirado por la reina Victoria Eugenia que se encontraba en el palco real presenciando la exhibición. Por este motivo, meses después fue condecorado con la Cruz de Isabel la Católica.
El primer vuelo oficial de Benito Laygorri Pimentel fue el 13 de marzo de 1921 en el Aeródromo de Cuatro Vientos pilotando su Farman junto al conocido aviador Emilio Herrera. En 1923 emigró a América donde trabajó como ingeniero de la empresa Farman suministrando los primeros aviones al ejército español hasta 1931. En este año regresó a España como gerente peninsular de la marca americana sin embargo, su estancia fue breve pues fue puesto al cargo del departamento de ventas y exportaciones de la General Motors en Norteamérica hasta su jubilación en 1950.
*FUENTES:
Valladolid Universal. Historias y leyendas de la ciudad que fue capital del mundo. (2014) Roberto Alonso. Elefantus Books.
Finalizamos 2021 con un nuevo personaje vallisoletano que da nombre a la última calle que descubrimos en este blog, Ricardo Macías Picavea.
Ricardo Manuel Macías Picavea nació en Santoña (Santander) el 17 de junio de 1846. Su padre, Francisco Macías Gutiérrez, era capitán de la tercera compañía del primer batallón del regimiento de infantería Gerona nº 22 y comandante graduado del mismo. Por este motivo, la familia Macías Picavea también vivió en Madrid (1852) y León (1858-1859) antes de llegar a Valladolid.
En 1863 superó el Bachiller de artes en Valladolid y posteriormente estudió Derecho y Filosofía y Letras en las universidades de Valladolid y Madrid, aunque no llegó a finalizar estos estudios por su desacuerdo con el sistema de enseñanza de la época. Fue profesor de instituto en 1874 y se doctoró en 1876. La mayor parte de su vida transcurrió en Valladolid, donde fue catedrático en el Instituto Zorrilla y además, fue discípulo de Nicolás Salmerón, de ahí su republicanismo progresista. También ingresó en la masonería (bajo el nombre de Sócrates) y participó junto a José Muro en la Logia Reforma 45 de Valladolid, aunque la abandonó en 1883.
Así fue como llegó a la parte de su vida más intelectual y literaria. Se cree que su largo poema Andrés y María, una crítica a la vida militar, lo escribió en 1870. Y en 1872 escribió Kosmos, por el que empezó a ser considerado como un krausista. Posteriormente, en 1881 fundó junto con José Muro el periódicoLa Libertad y tras publicar Apuntes y estudios sobre la Instrucción pública en España (1882), participó de forma muy activa en 1883 en la reforma educativa del marqués de Sardoal.
En 1884 fue director de La Libertad, cargo que mantuvo hasta su muerte en 1899. Durante su mandato el periódico se convirtió en una tribuna de crítica a la política y la sociedad y que aglutinó a gran parte de la juventud progresista y revolucionaria de la región y la ciudad.
Volvemos una temporada más con más historias sobre Valladolid, personajes, sus calles y su historia.
Para este mes vamos a descubrir cómo fue la visita de Napoleón Bonaparte a Valladolid.
Las constantes derrotas que habían sufrido los franceses durante la Guerra de la Independencia en Bailén, junto con las rebeliones en el norte peninsular provocaron que Napoleón se desplazara a España con un ejército de unos cincuenta mil soldados. Las victorias francesas no tardaron en llegar en Gamonal, Espinosa de los Monteros y el más importante, en Somosierra, lo que permitió que el 3 de diciembre de 1808Madrid se rindió a los franceses y España quedó bajo su poder.
Al frente del ejército inglés está el General John Mooreque trata de hacerse con el control de la Meseta castellana partiendo desde Salamanca hacia el norte, pero cuando Napoleón se entera de las intenciones inglesas parte desde Madrid para evitar que se hagan con el poder en León y Asturias. Sin embargo, en Astorga le informan de que Austria puede enviar un importante ejército que frene sus intenciones invasoras por lo que Napoleón da orden de aniquilar a todos los ingleses que se encuentren mientras él se dirige a Valladolid, llegando el 25 de diciembre de 1808 a Tordesillas. Allí pasa la noche en el Real Monasterio de Santa Clara en las celdas de las monjas, mientras que éstas fueron encerradas en los almacenes. Tras un día de descanso, Napoleón se interesó por la historia y vida en el convento e incluso, tuvo una entrevista con la abadesa de la Orden, la madre María Manuela Rascón. De su reunión la madre abadesa obtuvo un donativo de mil francos y el indulto de algunos patriotas y de las hermanas del convento, a lo que Napoleón respondió afirmativamente y escribió en una pared: «Aquí estuvo el emperador«. Inscripción que fue borrada por la reina Isabel II en 1858.
Por otro lado, en el Palacio Real se estaban preparando las operaciones militares del ejército francés. El 5 de enero llega un correo desde Benavente en el que se informa que Napoleón llegará a Valladolid con un ejército de diez mil hombres. Hecho que se produce el 6 de enero cuando Bonaparte entró a caballo en la ciudad por el Puente Mayor y fue recibido por una pequeña comitiva que contó con la presencia de Diego Cosío, Manuel de León Santos, Manuel María Cambronero, Miguel Otáñez Santiago Pardo los cuales, condujeron al emperador por las vacías calles vallisoletanas hasta su residencia en el Palacio Real.
Lo curioso fue que esa misma noche apareció un soldado francésasesinado en el huerto del monasterio de San Pablo, a escasos metros de donde Bonaparte dormía. Un hortelano de los dominicos fue quien asesinó al soldado y por ese motivo el emperador sometió a la ciudad vallisoletana por la fuerza y con amenazas con la intención de conocer al culpable. De hecho, Bonaparte llegó a ordenar asesinar a cinco personas sin juicio previo por el simple hecho de que le parecieron culpables. Ante esta situación la Corporación Vallisoletana se mostró firme y se negó a dar ningún nombre de ningún vecino de la ciudad. Así comenzó una búsqueda incansable por encontrar culpables entre los vallisoletanos. Como las amenazas no resultaron, Bonaparte ordenó encerrar a los miembros de la Corporación en el Ayuntamiento, donde se les informó de que si ese mismo día las 12 de la noche no presentaban una lista con los culpables del asesinato, se procedería a colgar de los balcones a otras veinte personas escogidas entre los que allí se encontraban. Fue el corregidor Gregorio Chamochín quien presentó una lista de los culpables y denunció a Domingo Díez y su criado, manguiteros de oficio, en cuya casa se encontraron varias prendas de armamento francés por lo que fueron ahorcados.
Para tratar de instaurar de nuevo el orden en la ciudad el 8 de enero se difundió un pastoral por parte de los clérigos con la intención de deponer las armas ante los franceses y declarando que los verdaderos enemigos eran los ingleses. Por otro lado, se nombró nuevo alcalde a Fermín María Villa para restituir a la antigua Corporación local. También desde las autoridades el intendente Urbina desarrolló una importante campaña propagandística para animar a los vallisoletanos a que vitoreasen y animasen a las tropas francesas.
A lo largo del mes de enero las noticias en el frente francés no son buenas y Napoleón decide ponerse al frente de la contienda. Así el 16 de enero el emperador recibió a sus diputados del Ayuntamiento de Madrid en el Palacio Real, prometiendo que su hermano José Bonaparte que estaba retirado en el Pardo, volvería a hacerse cargo del gobierno en Madrid. Finalmente, Napoleón abandonó Valladolid el 17 de enero de 1809 entre nieblas y en secreto, tomando dirección Burgos.
*FUENTES: Valladolid Universal. Historias y leyendas de la ciudad que fue capital del mundo. (2014) Roberto Alonso. Elefantus Books.
El 23 de abril celebramos el Día del Libro y por ello, es un buen momento para recordar a tan ilustre personaje como Miguel de Cervantes.
Primero vamos a explicar por qué el 23 de abril se celebra el Día del Libro. El origen de esta celebración se remonta a 1926, año en que Alfonso XIII aprobó la idea propuesta por el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés. El primer Día del Libro se celebró el 7 de octubre de 1926 y ya en 1930 se instauró definitivamente el 23 de abril.
Retrato Miguel de Cervantes
La razón de escoger este día fue que el 23 de abril de 1616 fallecieron Cervantes y Shakespeare , pero también nacieron o murieron (en distintos años) otros autores destacados como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo.
A continuación haremos un breve repaso a la vida de Cervantes, antes de mostrar la vinculación con Valladolid:
Miguel de Cervantes nació en 1547 en Alcalá de Henares y en 1552 se trasladó a Valladolid, donde vivió 14 años. En 1564 se mudó a Madrid y en 1569 publicó sus primeras poesías.
Ese mismo año fue condenado y amputado de la mano derecha, según los datos por herir a Antonio de Segura. Tras el arresto, Cervantes quería huir de España y en 1570 se encontraba en los dominios españoles en Italia, desde donde se embarcó en la Batalla de Lepanto. En dicha batalla Cervantes fue prisionero de los turcos hasta que el Imperio español venció, lo que permitió al literato regresar a España y relatar la victoria en la primera parte de ‘El Quijote’ años después.
Estatua de Cervantes en la plaza de la Universidad
Debido a los años que pasó este autor en la capital del Pisuerga, son varios los lugares de la ciudad en los que se le rinde homenaje. Hay una estatua suya en frente de la plaza de la Universidad.
Además, hay una calle que lleva su nombre: la calle Cervantes, que corta con la plaza de Circular y va en dirección a la plaza de Santa Cruz. Otra calle en homenaje al escritor es la que se llama como una de sus obras: calle del Licenciado Vidriera, que se encuentra justo en frente de la casa en la que residió los años que pasó en Valladolid.
También esta la Universidad Miguel de Cervantes y destaca también la Casa Cervantes, que ha sido restaurada y donde se puede visitar la vivienda en la que residió el autor de El Quijote, con las habitaciones y el mobiliario propio de la época.
Comenzamos 2020 donde lo dejamos el año pasado, ya que tras conocer la historia de la calle Alonso Pesquera deberíamos conocer a tan ilustre personaje vallisoletano.
Miguel Alonso Pesquera fue un importante representante de la política provincial durante la Restauración. Fue el principal dirigente del Partido Conservador Vallisoletano y por su destacada posición, ejerció un férreo control sobre el distrito de Peñafiel.
Estudió en el Real Seminario de Vergara y en la Universidad de Zaragoza se licenció de la carrera de Derecho, aunque su máxima dedicación fueron los negocios familiares y la actividad política. En 1873 fue elegido Presidente de la Diputación Provincial de Valladolid e inició una profunda relación de amistad con Cánovas del Castillo, que realizaba trabajos de investigación en el Archivo de Simancas. Al instaurarse la Restauración en 1876 Cánovas le confió la dirección de los conservadores vallisoletanos.
En 1876 fue elegido diputado por Valladolid y como parlamentario se centró en la defensa del proteccionismo agrario y en el desarrollo de nuevas líneas de ferrocarril que facilitasen la comunicación agraria en las zonas castellanas, como fue el caso de la línea Valladolid-Ariza. Esta línea no se finalizó hasta después de su muerte sin embargo, fue recompensado con la creación del marquesado Alonso-Pesquera en 1896.
Cerramos temporada con la sección personajes, dedicada en esta ocasión a una ilustre vallisoletana como es Rosa Chacel.
La escritora Rosa Chacelnació en Valladolid el 3 de junio de 1898 en una casa de la calle Teresa Gil, aunque su infancia la pasó en una casa en la calle Núñez de Arce. Desde niña tuvo grandes problemas de salud, por lo que su estancia en el colegio de las Carmelitas fue breve y se convirtió en autodidacta.
En 1908 su familia se trasladó a Madrid (al barrio de las Maravillas) y en 1915 ingresó en la Escuela de Bellas Artes donde conoció al pintor Timoteo Pérez Rubio, con quien se casó en 1922. Con su marido visitó Venecia, Roma, París o Londres y adquirió un gran nivel cultural.
Rosa Chacel envió un manuscrito a Ortega y Gasset, titulado Estación de ida y vueltapara incluirlo en la colección Nova Novorum sin embargo, el manuscrito se extravió y Gasset animó a Chacel a que publicase en la Revista Occidente. Finalmente Estación de ida y vuelta se publica en 1930 como una sinrazón del realismo.
La guerra civil la pilló en Madrid y decidió huir primero a París, después Grecia y Suiza para acabar en Río de Janeiro en 1940. En 1976 publica Barrio de las Maravillas que, en la línea de Leticia Valle; se trata de novelas cortas de personajes juveniles en las que la autora muestra sus recuerdos y obsesiones.
En junio de 1988 fue nombrada Hija predilecta de Valladolid y desde entonces cuenta con un monumento en su memoria en el Campo Grande. Además, también hay unaplaza en el barrio de Las Delicias con el nombre de Rosa Chacel.
Estatua de Rosa Chacel en la Plaza del Poniente.
La destacada escritora falleció en julio de 1994 en Madrid y fue enterrada en Valladolid, donde se colocó en su honor una estatua que homenajea a Rosa sentada en un banco en la plaza de poniente.