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Calle, Centro, Histórico, Historia, Núñez de Arce, palacios, Plaza Santa Cruz
Comenzamos temporada con la historia de una nueva calle, dedicada a un personaje que ya comentamos aquí en el blog: Núñez de Arce.
La calle parte desde la calle Cascajares y llega hasta la plaza de Santa Cruz, atravesando la calle López Gómez.
Lo más destacado de esta rúa es que rinde homenaje al político y escritor Gaspar Núñez de Arce y además, los edificios que en ella podemos encontrar hacen referencias a otras personalidades destacadas. También hay que señalar que la primera parte de la calle es peatonal y una vez que cruzamos por la calle López Gómez, la calle tiene dos aceras.
Buena parte de los inmuebles del primer tramo (desde la calle Cascajares) están protegidos por el Plan General de Ordenación Urbana, lo que les obliga a mantener la fachada histórica para conservar esos valores arquitectónicos e históricos. Por ejemplo, en los números 7 y 9 se pueden observar a través de sus rejas unos pequeños jardines que recuerdan a tiempos pasados. También destaca la fachada del número 1, que hace esquina con la calle Cascajares. De hecho, en el número 7 nació Núñez de Arce y actualmente alberga la sede del Colegio de Enfermería.
Justo enfrente, en el número 18 podemos observar una placa que indica que allí vivió y murió el arquitecto vallisoletano Juan Agapito y Revilla, al que ya mencionamos en este blog.
Además, en la calle hay dos hoteles que también han mantenido la fachada, a la par que añaden modernidad a la rúa.
Si cruzamos por López Gómez, la calle Núñez de Arce cambia radicalmente, ya que este tramo no es peatonal y los edificios ya no tienen fachadas tan representativas. Aún así, podemos destacar que en está parte de Núñez de Arce se encuentran restos de los patios de los palacios de los Escudero-Herrera y de los Villagómez. Hasta hace poco el palacio de Escudero-Herrera albergó el colegio de la Congregación de las Hijas de Jesús (Jesuitinas) y actualmente es una residencia de personas mayores. Además, en el número 23 también encontramos otra placa en la que se indica que en ese edificio vivió Santiago J. García Mazo, un sacerdote que vivió entre los siglos XVIII y XIX y cuyos escritos sobre la historia de la religión fueron muy importantes en la época.